While mindlessly scrolling very recently I found myself sucked into the rabbit hole of cute baby videos. A nice departure from the usual cute cat videos. Funny dog videos. Funny wild animal videos. You can tell I spend my time broadening my horizons, delving deep into world events… Anyway, I had what I call a mini-epiphany. When we are born, we are the center of the universe. As children, we firmly believe the world revolves around us, and what we know as fact is all that exists. For the very young child its their home, their immediate family and pets. As we grow our universe begins to encompass our neighborhood and extended family members, then our school and after-school activities. In our teenage years we know the universe is bigger than what we can see and feel, but we haven’t experienced it yet. Then one day our universe actually expands to the greater, known universe, whether you believe in sci-fi or not. We understand what the stars actually mean, and the universe could actually be endless.

None of this is new to anyone, it’s something we’ve all thought about in one way or another; as teenagers fighting to break through the boundaries and as parents watching our children do the same. My revelation came when I realized that as we age, the children leave home, we retire from work, our universe starts to shrink. We know the universe is still there, but our focus seems to change, to narrow. When my mom hit her early 80’s her world again revolved around her. We passed through her universe, stopped for a visit, but then went back to our bigger lives. I remember being critical of an elderly acquaintance who would tell me something about their life, something very small like a meal or doctor’s appointment, then repeat the story later. Now I think that for some, who may not get around as easily as they used to, may have lost all of their own older generations, and start losing friends, their focus again gets smaller. It’s all a natural part of life. It may happen at different ages or in different degrees, but eventually it will happen.

As adults we are incredibly forgiving of little ones who are the center of the universe. We are often less forgiving of the teenager who can’t “see the bigger picture”. Parents mourn the loss of their child when they leave to become a part of the bigger universe, and we mourn when our parents’ universe shrinks because we know we may not have them much longer. Then our own universe begins to shrink just a bit.

I think my actual epiphany was that we need to be much more understanding of the older generations whose universe has reduced down to what they can see and feel and experience. It’s not bad, and isn’t intensional, it’s just normal.

Hmmm…apparently the translator doesn’t recognize paragraphs. Sorry about that.

Hace poco, navegando distraídamente por la web, me vi envuelto en una vorágine de videos de bebés adorables. Un cambio agradable con respecto a los típicos videos de gatos adorables. Videos graciosos de perros. Videos graciosos de animales salvajes. Se nota que dedico mi tiempo a ampliar mis horizontes, a profundizar en los acontecimientos mundiales… En fin, tuve lo que yo llamo una mini epifanía. Al nacer, somos el centro del universo. De niños, creemos firmemente que el mundo gira a nuestro alrededor y que lo que conocemos como un hecho es todo lo que existe. Para los niños pequeños, es su hogar, su familia inmediata y sus mascotas. A medida que crecemos, nuestro universo empieza a abarcar nuestro vecindario y a los miembros de nuestra familia extendida, luego la escuela y las actividades extraescolares. En la adolescencia, sabemos que el universo es más grande de lo que podemos ver y sentir, pero aún no lo hemos experimentado. Entonces, un día, nuestro universo se expande al universo más grande y conocido, creas o no en la ciencia ficción. Entendemos el verdadero significado de las estrellas, y el universo podría ser infinito. Nada de esto es nuevo para nadie; es algo en lo que todos hemos pensado de una forma u otra: como adolescentes que luchan por romper barreras y como padres que ven a sus hijos hacer lo mismo. Mi revelación llegó al darme cuenta de que, a medida que envejecemos, los hijos se van de casa, nos jubilamos y nuestro universo empieza a encogerse. Sabemos que el universo sigue ahí, pero nuestro enfoque parece cambiar, reducirse. Cuando mi madre llegó a los 80, su mundo volvió a girar en torno a ella. Recorrimos su universo, nos detuvimos para visitarla, pero luego volvimos a nuestras vidas más importantes. Recuerdo criticar a un conocido mayor que me contaba algo de su vida, algo muy pequeño como una comida o una cita con el médico, y luego repetía la historia más tarde. Ahora creo que para algunos, que quizá no se desenvuelvan tan fácilmente como antes, que hayan perdido a todas sus generaciones mayores y empiecen a perder amigos, su enfoque vuelve a reducirse. Es parte natural de la vida. Puede ocurrir a diferentes edades o en diferentes grados, pero con el tiempo ocurrirá. Como adultos, somos increíblemente comprensivos con los pequeños, que son el centro del universo. A menudo, somos menos comprensivos con el adolescente que no puede “ver el panorama general”. Los padres lloran la pérdida de su hijo cuando se va para formar parte de un universo más amplio, y nosotros lloramos cuando el universo de nuestros padres se encoge porque sabemos que tal vez no los tengamos por mucho más tiempo. Entonces, nuestro propio universo comienza a encogerse un poco.

Creo que mi verdadera revelación fue que debemos ser mucho más comprensivos con las generaciones mayores, cuyo universo se ha reducido a lo que pueden ver, sentir y experimentar. No está mal, no es intencional, es simplemente normal.